Madura, con la que se puede parar uno a hablar de todo y conversar
tranquilamente, e inmadura a su vez para que te regale momentos de locura y sin
sentido. Que se valga por si misma y que venga a ratos si y a ratos también a pedir
ayuda con el pudor de una mujer fuerte. Que se ría de las tonterías como nadie
y que se indigne cuando la tontería no le va. Cariñosa, y a su vez, fuerte y
dura dado el momento. Independiente, dependiente. Soñadora como nadie y consciente
de la realidad. Debe ser, ella misma.
sábado, 16 de noviembre de 2013
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