sábado, 18 de septiembre de 2010

Descubriendome

Blogueando me hayo, partiéndome a trocitos, desmesurando mi interior con notas de música que encuentro aquí y allá. Buscando sentido a todo, quizás a demasiadas cosas y uno comienza a pensar que debería dejarse llevar por el momento y punto, no pensar en el mañana, pero en ese dilema dejaría, tal vez, de hacer cosas que me motivan. Leyendo me descubro, leyendo a mi amigo Jorge (Bucay) miro la vida de otra manera, paseando por blogs de amigos los descubro y me ayudo a buscar una parte más de mi, y conseguir hacer de mi la escultura que más me gusta en cada momento. Yo intento buscar la esencia de cada día, del instante que vivimos, me ayuda la música, me ayudáis vosotros, y me ayuda incluso el paisaje, un viaje. Pretendo dar más forma a este camino, guiándome por fuerzas de mi interior, y aunque muchos no lo sepáis, GRACIAS por cada palabra que sin daros cuenta me sirven para dar forma a todo esto de mí.

Párate a disfrutar

Te he tenido un poco abandonado amigo, y alguna que otra idea como esta ya rondaba por mi cabeza, espero volver a cogerte con ganas, y ver que magia podemos hacer con las palabras entre los dos.



A veces hay que sentarse y parar a sentir todo lo que se mueve, pararte y disfrutar del momento, no dejarte llevar por lo que vendrá luego, por lo que pasara en unos segundos, o lo que conllevara la acción que estás haciendo, hay momentos en los que merece la pena sentir todo a tu alrededor.

Se trata de estar sentado en la fuente más hermosa del mundo, con unos sentimientos que solo tú sabes, al estar allí con quien deseas, y habiendo experimento unas emociones increíbles al ver tan hermoso espectáculo de agua. Llega un momento en el que te sientas y tan solo sonríes viendo como todo el mundo a tu alrededor es feliz, todos deslumbran con sus dientes y se pelean por tomar una instantánea tras sus espaldas que recordaran de por vida. Entonces llega un beso, no uno apasionado, ni demasiado romántico, no un beso cualquiera, sino uno de esos que te das cuenta que merece la pena disfrutar, que será recordado el resto de tu vida, y es este preciso instante el que merece la pena sentir todo. Hay llega el frescor que da la fuente tras tu espaldas (ese aire que corre a tu alrededor), el sonido del brotar del agua entre la roca, sentir cada palpito de emoción, disfrutar de esos labios que mueren por los tuyos, oler el agua, a la otra persona, oir como el resto de la gente a tu alrededor disfruta también de un momento, de una sensación, que solo ese lugar puede transmitir.

Hay momentos en los que merece la pena sentir todo a tu alrededor, hay muchísimos en los que no os arrepentiréis si tenéis un poco más en cuenta muchos otros sentidos y despejáis vuestra mente.